Democracia y libertad para salvar a Venezuela

Por: Juan Francisco García Escalona

El pueblo venezolano reclama una dirección política; honesta con el país, distinta a todo lo que se ha tenido. El país ya no admite el engaño y la manipulación como un elemento recurrente de la política, que actúa para favorecer a la cruel dictadura encabezada por Nicolás Maduro. Este tipo de acciones, que se constituyen en una práctica hábil y constante de algunos sectores denominados “opositores”, sin embargo su conducta siempre es plegada a toda la estrategia del régimen para continuar oprimiendo a toda la población, recoge hoy el desprecio mayoritario del país, de los ciudadanos, muestra evidente: el rechazo a la convocatoria del fraude electoral del 6D, y la manifestación espontanea en la consulta popular, a pesar de la presiones, la persecución, y del hostigamiento por parte del aparato represivo del régimen. Quienes convocan a la conformación del Movimiento Democracia y Libertad, como una opción histórica para confluir todos los factores políticos y sociales, para organizar y construir una fuerza superior que logre en función de la articulación, acciones contundentes que conduzcan a la deposición de la cruel dictadura, tienen el gran compromiso de mostrar una política de nuevo tipo, que convenza a la sociedad y logre el entusiasmo necesario en la población hoy decepcionada de las políticas implementadas por una oposición política, que se perdió en el rumbo, que se agoto y se diluyo en disputas absurdas y ambiciosas por liderazgos a destiempo. Ahora bien este ejercicio ético al que se convoca el país, y las organizaciones, debe estar inundado de grandes verdades para poder avanzar sin trabas mediocres, esa verdad práctica, según Aristóteles, se da en el hombre gracias a que surge dentro del alma una opinión verdadera y simultáneamente una acción recta. Mientras lo falso en la esfera de las acciones se produce, por el contrario, con el surgimiento de una opinión falsa y una acción no recta, en consecuencia es necesario que se admita, que ninguna organización política está suficientemente organizada en el país, la inmensa mayoría de los partidos son instancias destinadas al chantaje político como un medio de pedir cuotas del poder político, y de acuerdo a esta situación se han plantado para negociar equivocadamente, anteponiendo los intereses de los partidos, y de los dirigentes por encima de los intereses de la población que no es más que alcanzar definitivamente la libertad de la nación. Un movimiento político que desde ya se plantea con condiciones morales y éticas en lo fundamental, para rescatar los valores sociales y confrontar la tiranía, hacia mucha falta. El libertador Simón Bolívar se anticipo a muchas de nuestras calamidades, aquello de: el talento sin probidad es un azote. No puede estar más vigente en este momento. El surgimiento de esta instancia para la articulación política, debe recoger la mejor expresión de los venezolanos de bien, en cuanto a su formación académica, pero también a su desempeño político, será imprescindible la muestra constante de ética y moral, para que el país, se conecte con sus planteamientos, y de forma abrumadora se luche contra la tiranía que doblega a nuestra nación. Un buen amigo en sus orientaciones siempre dice; que es imprescindible, en esta lucha, la fuerza y la razón, que de forma combina seria la razón de la fuerza y la fuerza de la razón, siendo Democracia y Libertad en este instante el canal adecuado para construir la fuerza, en función de las tantas razones que habitan en el corazón del pueblo venezolano que ansia su libertad.