EL ÁUREO CENTRO

Por Fernando Vegas Torrealba

El dorado término medio, “aurea mediócritas” lo llamaba Horacio, el poeta romano. El justo medio de los griegos. Platón en su diálogo Gorgias, nos dice que la parte racional ha de encontrar un equilibrio que consista en un punto medio entre exceso y defecto. Aristóteles, en su Crítica Nicomáquea identifica el justo término medio como un hábito virtuoso.

El centro del espectro político tiene el valor del sensato sentido común y el virtuosismo de lo justo. Pareciera que es el mejor ambiente que la república puede ofrecer para que retornen las inversiones de nacionales y foráneos al país, la economía refresque sus raíces, crezca y florezca, participe de la cuarta revolución industrial, y aborde el desarrollo con sus inmensas tareas en las áreas de salud, educación, infraestructura civil, comunicacional y cibernética, planes de vivienda, desarrollo científico y otras.

Claro, el aserto es de laboratorio. Traslademos el concepto a Venezuela para examinar la posibilidad del predominio del centro político sobre los extremos de izquierda y derecha.

VENEZUELA SIEMPRE HA TENIDO POCO ESPACIO PARA EL CENTRO Y CUANDO PRESUNTAMENTE HA LOGRADO LLEGAR AL PODER, LO HA EJERCIDO PRESIONADO POR LA DIESTRA O LA SINIESTRA

Cuando se fundó la República, el 5 de julio de 1811, necesariamente la política general era extremista porque insuflada por las ansias libertarias contra la Corona Española, los venezolanos estábamos en guerra contra la Real decisión de retomar el poder colonial. No obstante, los próceres de la patria no sólo supieron ganar batallas sino también crearon el entramado constitucional y legal  que dio orden institucional al naciente estado y un rol de derechos y deberes para los ciudadanos, todo inspirado fundamentalmente en la Revolución Francesa, madre de todas las revoluciones, porque aunque la antecedió la Revolución de Independencia de las Colonias Británicas en Norte América, los principios de ésta también tuvieron mucho que ver con la Ilustración Francesa. Esta etapa culminó en 1830 con la disolución de la Gran Colombia. Fue la era de nuestros mejores dirigentes.

Luego asumió José Antonio Páez, como presidente de Venezuela (1830-1835), pacificó al país y gobernó bajo la tolerada presión de la oligarquía. Lo siguió José María Vargas, un ilustre presidente  (1835-1836) que sufrió un golpe de estado y fue derrocado por la llamada Revolución de las Reformas, dirigida por prohombres de la independencia como Santiago Mariño, Diego Ibarra, José Laurencio Silva, Pedro Briceño Méndez, Andrés Level de Goda, Luís Perú de La Croix, José Tadeo Monagas. Pretendían ellos la restauración de la Gran Colombia y, además, denunciaban a la oligarquía  integrada por españoles y criollos, que no apoyaron la independencia y a quienes el gobierno devolvió tierras que habían sido ofrecidas a los combatientes del Ejército Libertador. De manera que no fue poco el ácido que recibió Vargas desde el flanco político izquierdo del momento. El presidente Vargas renunció el 24 de abril de 1836 y concluye su mandato el General Carlos Soublette. El Centro no marcó ni un gol.

En 1839, concluidos los cuatro años del período de Vargas, resulta electo  por segunda vez el conservador General Páez (1839-1843). Durante este período el Partido Liberal  se asoma con el periódico Bandera Nacional de Tomás Lander y luego se instala en el ambiente político nacional de la mano de Antonio Leocadio Guzmán y su periódico, El Venezolano. Así, aparece la clásica contradicción entre conservadores y liberales, derecha e izquierda. Para el cuatrienio 1843-1847, resulta electo Carlos Soublette quien hizo una buena presidencia, respetuosa de los derechos ciudadanos. Habían 26 órganos de prensa en Caracas lo que distinguía su respeto al derecho a la libertad de expresión, decretó el cierre de las causas a los desterrados por motivos políticos y a raíz de la crisis por la que pasaban los productores de café y cacao por la caída de mercados extranjeros, el Ministro Aranda propuso al Congreso la creación de un Instituto crediticio para ayudar a los productores con préstamos de bajo interés que fue aprobado, pero después vetado por el ejecutivo. Al llegar el año electoral de 1846, se inscriben las candidaturas presidenciales de Antonio Leocadio Guzmán, Bartolomé Salóm, José Feliz Blanco y José Tadeo Monagas. Guzmán era un agitador de las ideas liberales y anti centralistas y los conservadores veían en él a un propugnador de la revolución social, de manera que cuando sus seguidores, entre ellos Francisco Rangel y Ezequiel Zamora, se alzan en Barlovento, los Valles del Tuy y Villa de Cura, el Ejército -con Páez y Monagas a la cabeza- los derrota, y Antonio Leocadio Guzmán es apresado, enjuiciado y condenado a muerte. De nuevo el Centro es avasallado por los extremos.

Con el apoyo de Páez, resulta electo presidente para el período 1847-1851 José Tadeo Monagas. Una vez en ejercicio de la presidencia, Monagas se desprende del apoyo conservador de Páez, indulta a Antonio Leocadio Guzmán y lo nombra primero Ministro del Interior y luego Vicepresidente, naciendo la llamada Oligarquía Liberal que desgobernó al país por once años en los que los hermanos Monagas se turnaron en el poder desplegando nepotismo, corrupción, represión, crueldad, desconocimiento a la Constitución y la leyes, enervamiento institucional. Ya en ejercicio de su segunda presidencia 1855-1859, en abril de 1857, el personalista y autoritario José Tadeo Monagas desiste de su sueño de recrear la Gran Colombia pero insiste en gobernar indefinidamente al extender a seis años el período presidencial y abolir el impedimento de la reelección inmediata. Poco después, en marzo de 1858,  es derrocado por el General Julián Castro quien fue convencido para ello por los conservadores. Monagas, ayuno de respaldo militar,  renuncia y Castro decreta su expulsión del país y también la de Guzmán. Se aviva la contradicción entre conservadores y liberales, los primeros son centralistas y los segundos federalistas. El presidente Castro convoca la Convención de Valencia para redactar una nueva Constitución. La Constituyente se instala el 5 de julio de 1858 y en diciembre del mismo año promulga la nueva Constitución. Muy tarde, había comenzado la Guerra Federal que concluyó en abril de 1863 con el Tratado de Coche y que según el historiador Rafael Arráiz Lucca dejó 200.000 muertos en 367 batallas y 2.467 enfrentamientos. (1)

En una guerra se evade el centro político y aun dentro de cada parte beligerante se hace esquivo.  Entre 1858 y 1861, hubo una sucesión de presidentes y encargados de la presidencia. Castro, Pedro Gual, Manuel Felipe Tovar y de nuevo Gual, hasta que asumió Páez la llamada Dictadura Senil que ejerció hasta el 22 de mayo de 1863 cuando se firmó el Tratado de Coche y le entregó la presidencia al General Juan Crisóstomo Falcón, Jefe del Ejército victorioso.

En abril de 1864, se aprobó la Constitución Federal, considerada progresista para la época con elección presidencial directa y períodos de cuarto años sin reelección inmediata. Veinte estados integran la República Federal. Un catálogo de derechos ciudadanos y se proclama la democracia como principio de gobierno. Una curiosidad, la pena máxima de prisión era de diez años.

Falcón es electo presidente para el período 1865-1869 y el país entra en un período de rebeliones regionales que debe sofocar dejando como encargado de la presidencia al primer designado, Antonio Guzmán Blanco. En marzo de 1868 se alza en Oriente José Tadeo Monagas con su Revolución Azul. Falcón se siente desbordado por la crisis política y renuncia en abril del mismo año. Otra vez, una seguidilla de presidentes encargados y provisionales, siendo el último de la misma José Ruperto Monagas (Feb.1869-Abr.1870), hijo del caudillo José Tadeo, fallecido el 13 de noviembre de 1868. Guzmán Blanco regresa del exilio y entra por Coro en febrero de 1870, se pone en campaña y acorrala al gobierno de José Ruperto que el 27 de abril del mismo año rinde la plaza.

Comienza la era de Antonio Guzmán Blanco, el hijo mayor de Antonio Leocadio Guzmán. Gobernará al país por 18 años ya directamente como presidente o por intermedio de dos creaciones políticas suyas, Francisco Linares Alcántara y Joaquín Crespo. Tirios y troyanos reconocen los avances institucionales (nuevas leyes y códigos, Registro y Matrimonio Civil), de infraestructura civil (Palacio Federal y otras edificaciones de gobierno, teatros, carreteras, ferrocarriles), educación pública obligatoria y gratuita. Se desarrollan políticas de salud pública. En Caracas, Valencia y otras ciudades se atienden los servicios públicos (luz, acueducto, pavimentación de calles, construcción de puentes y bulevares, parques y balnearios). El fin, Venezuela y sobretodo su ciudad capital,  crecen y se modernizan. (2)

La otra cara de la moneda era el ejercicio omnímodo y corrupto del poder. Los famosos empréstitos ingleses -cuyos ingresos se ven reducidos por las comisiones que se quedan en el camino- es verdad que se usaron para obras públicas, pero también para hacerse rico, pagar conciencias y apagar rebeliones. Un ilustrativo ejemplo del robo a la república se observa en la cuenta que presenta el general e historiador Level de Goda (citado por Ramón Díaz Sánchez) del empréstito inglés de 1864, según la cual ingresaron al Tesoro de Venezuela 1.480.349,05 pesos y las aduanas pagaron a los agentes ingleses 2,590.738,05 pesos, de manera que comenzando ya había un déficit de 1.110.388,95 pesos que creció más con el tiempo. (3)

Guzmán Blanco controlaba a los caudillos regionales mediante una suerte de arte represiva que consistía en eliminarles por ley las fuentes locales de financiamiento para ponerlos a depender del gobierno central y, por otra parte, ofrecerle prebendas. (4)

Concluye la era Guzmancista en 1887, cuando el Ilustre Americano se marcha definitivamente a Europa. Entre ese año y 1899 Venezuela tiene siete presidentes que arriban al cargo por designación, elección del Consejo Federal,  un golpe de estado y una elección directas fraudulenta. (5)

Concluyendo el Siglo XIX, el 22 de octubre de 1899, entra triunfante en Caracas, el general Cipriano Castro después de invadir con 60 hombres a caballo por la frontera del Táchira. En un rutilante Bliestgrick impone su Revolución Liberal Restauradora. Con el general Juan Vicente Gómez al mando del Ejército, Castro acabó con los alzamientos regionales y pacificó al país. En 1908, su compadre Juan Vicente lo derrocó y por 27 años gobernó con una férrea y cruel dictadura.

Lo que viene después es historia contemporánea y el lector tendrá su propio juicio para detectar si hubo o no gobiernos de Centro. Tal vez podría calificarse como tal el de Isaías Medina Angarita, (período 1941-1946) que no pudo concluir su mandato porque fue derrocado por una rebelión cívico militar el 18 de octubre de 1945. En nuestra opinión fue un gobierno de talante democrático y equilibrado que sin embargo era visto de manera distinta por el importante sector político opositor que conspiró para tumbarlo.

La apretada síntesis de las experiencias gubernamentales del Siglo XIX lleva la intención de demostrar que a) ninguno de ellos cumplió sostenidamente una política de centro; b) las tendencias dominantes fueron conservadoras o liberales, de derecha o izquierda; c) En mayor o menor grado fueron gobiernos viciosos por acaparadores de tierras, comisionistas de empréstitos, manipuladores interesados de aduanas, peculadores y chantajistas, aunque hay dos notables ejemplos de lo diametralmente contrario que deben ser los de Vargas y Soublette; d) el exacerbado personalismo y su contraparte que es la adulancia, predominan en los políticos de los poderes ejecutivo y legislativo, para quienes lo vital es escalar la cima sin importar cómo se hace; e) en general, una vez sentado en el “solio”, la intención de mantenerse en el poder se manifiesta tarde o temprano; sus declaraciones de amor  y sacrificio por la patria son pura demagogia.

LA OPOSICION ESTA ENTRAMPADA EN UNA LUCHA IDEOLÓGICA QUE DISTRAE LA ATENCIÓN DE LAS CONDUCTAS PERSONALISTAS Y APROVECHADORAS QUE CONSPIRAN CONTRA LA UNIDAD

Si  nos trasladamos a la actualidad encontraremos pocos cambios. El gobierno se conduce desde una posición de izquierda que es más declarativa que real, mientras en la oposición predominan posiciones matizadas de derecha. En ambas la democracia sucumbe ante dogmas y conductas reñidas con la libertad de ideas, de opinión, de derechos y de garantías.

Los desaciertos y corruptelas del Gobierno de Maduro, el nepotismo, la represión, el maltrato a la ciudadanía, el desconocimiento de la Constitución, la ilegal manipulación de las instituciones públicas, la facilidad con que mienten, el ventajismo electoral siempre presente y, desde 2016 para acá, el añadido fraude electoral, todo ello tiene antecedentes en nuestra propia vida republicana. Si es que en 1850, y para más similitud, en plena hegemonía de los Monagas, hasta se manifestó un adelanto del contemporáneo Arco Minero y se desató una fiebre del oro descubierto en el área del río Yuruari. (6)

Un gobierno que se dice socialista y revolucionario, no obstante sólo tiene en común con la URSS y Cuba, el carácter autoritario de sus gobiernos y la acción represiva contra los ciudadanos que los adversan. Este gobierno podrá parecerse al Stalin que corre por la redes desplumando a una gallina viva y después dándole de comer maíz de su caja Clap, pero no le conocemos planes económicos quinquenales como aquellos con los que a sangre y fuego éste industrializó su país. Conviene recordar que la URSS fue la superpotencia que polarizó el poder mundial con los EEUU. El PIB de la URSS para el año 1989 era de $ 2,6 billones, naturalmente comparado con el de EEUU de $5,9 billones denota gran diferencia, pero queda sólo por debajo del de Japón de $3,1 billones, (7) mientras es  superior a todos los demás. (8)

Por otra parte, está Cuba que es un país pobre, sin otro recurso natural importante que no sean sus hermosas playas y otros escenarios naturales, pero cuenta con una red hotelera de primera que provee puestos de trabajos e ingresos al país, además es un estado organizado con un cuerpo diplomático que se hace sentir en el mundo. Posee un buen sistema educativo y de salud, universal y efectivo. Claro, también tiene la otra cara de la moneda pues es un severo régimen dictatorial, sin elecciones libres porque están monopolizadas por un partido único que sólo admite algunas personalidades independientes en las elecciones para los miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Por cierto en su organigrama no aparecen ni Concejos Comunales ni Comunas. (9) Para nosotros es evidente que el gobierno de Maduro se parece mucho al Cubano en lo dictatorial y muy poco en lo demás.

Nuestra oposición se empecina en buscar un enemigo externo en Cuba, en el Foro de San Pablo o el Grupo de Puebla. Tal y como el gobierno hace con el imperialismo. A los cubanos  las redes de oposición los pusieron a ejercer funciones registrales y notariales. No sé cuántos cubanos le habrán recibido a  usted un documento en esos sitios, amigo lector, a nosotros y conocidos nuestros, nunca. Hablan mal de los médicos cubanos pero son ellos quienes atienden al pueblo en los CDI. Nos preguntamos, ¿será que de allí salen enemistados con Cuba quienes consultan los médicos de la isla por lo que leen en WhatsApp? Es probable que ayuden en materia de inteligencia y contrainteligencia, pero la parte dura de ésta, incluyendo las detenciones y torturas, están en manos criollas, así como todas las decisiones. Igualmente, los rusos no se involucran en este último sentido, tampoco los chinos lo hacen. Sólo tienen personal aquí para atender sus equipos tácticos de combate. Aunque nos pese decirlo, los responsables de los desmanes que se cometen son malos venezolanos en búsqueda de negocios y privilegios, simple mejoras de ingresos, satisfacción de gustos viciosos, asquerosa adulancia y, los que menos, por estímulos ideológicos y políticos.

Algo no anda bien con la táctica de hacernos partícipe de una lucha ideológica que no ayuda a lo interno. Atención, no decimos que la presencia cubana esté basada en las prédicas de San Francisco de Asís. En la lid ideológica, en la que sí están presentes en todas partes, tendrán políticas solidarias (como las puede tener Maduro cuando manda oxígeno a los hospitales del Norte de Brasil), pero aquí tienen intereses -como todos los países- porque reciben petróleo a cambio de asesorías en educación, deporte y cultura y seguramente en otras áreas, contrapartida ésta que puede ser más o menos intangible. Antes también tenían acceso a muchos negocios que hoy son inexistentes por la situación económica venezolana.

Nuestra oposición esta tan mal por el abuso demagógico de muchas de sus equivocadas propuestas, aseveraciones y consignas que hay un enorme desencanto con su dirigencia porque pareciera que sólo ha sido útil para atornillar  en el poder a un gobierno que debería caerse por la escasez de recursos, y su profusión de ineficacia, ineptitud, represión, abuso y desparpajo para mentir.

Lo último que acaba de ocurrir es que, como no hay capacidad de liderazgo  dentro de la dirigencia criolla, el rol de jefe lo asumió el embajador de los EEUU en Venezuela con sede en Bogotá. Convocó a una lista de dirigentes opositores para organizarlos con un nuevo plan. Parece insólito porque, -sin negar la necesidad de tener alianzas externas y entre ellas la de los EEUU es muy importante- a nadie le puede parecer apropiado que no sean los venezolanos quienes abanderen y dirijan la oposición. Es que se la estamos  poniendo muy fácil al gobierno. Con esta conducta estamos condenados a restringir los apoyos en lugar de ampliarlos

¿QUÉ HACEMOS?

Entendemos que el nuevo abordaje no puede privilegiar lo ideológico tal y como se viene haciendo. Hay que bajarle el nivel porque este gobierno no es ni revolucionario ni socialista. Es un régimen anti democrático, es una dictadura inútil, ígnara, corrupta, sórdida y cruel y es así como debemos dirigirnos a ella  para ampliar el apoyo popular y el de los estamentos sociales críticos en este momento: el de los jóvenes profesionales que se están marchando a otros lugares del mundo porque aquí no ven futuro y el militar, al que sectores opositores han buscado para que se rebelen y cuando lo hacen o tienen la intención de hacerlo y son apresados, los olvidan, no son capaces de hacer campañas por su libertad y brindarle solidaridad a sus familias. Todos podemos tener ideología pero hay que tener pertinencia para usarla y agitarla, si sabemos que el gobierno no es revolucionario ni socialista por sus ejecutorias porque nos empeñamos en atacarlo por socialista porque no lo somos ni nos gusta. Eso es una impertinencia que estrecha los vasos comunicantes con la ciudadanía que es política e ideológicamente diversa y debemos unirla por lo que nos es común el amor por la patria, el comportamiento ético, las ansias de libertad y democracia, el derecho a pensar que todos podemos acceder a un futuro de crecimiento, progreso y bienestar. Hay que poner el acento en los vicios palpables del gobierno que son muchos y, a la par, presentar una oferta positiva, una solución que los buenos -que son la mayoría- sientan que los incluye.

Para el gobierno de Maduro cuyas credenciales de revolucionario y socialista son muy pobres, es indispensable el apoyo cubano, es una franquicia que los ayuda a  presentarse con los países que integran el Movimiento de los No Alineados para concitar su apoyo en los foros mundiales, se trata de la nada subestimable cantidad de 120 estados. (10) Es pertinente preguntarnos cuál es la política que adelanta hacia ellos la Cancillería sita en Bogotá.

Es un tema para desarrollar con profundidad y no podemos agotarlo aquí, pero es necesario que se aborde -y se haga por el Centro- para poder perfilar políticas que permitan fortalecernos internamente, tanto como para poder retar al gobierno con un poderoso movimiento cívico nacional. Esto, más la ayuda de nuestros numerosos aliados internacionales y  la propia debilidad del gobierno,  propiciará la entrega de la carta de despido al dictador.

Caracas, 4 de abril de 2021